HospitalidadInfinita
Descubra y viva experiencias únicas de bienestar en México.
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Tener demasiadas opciones no siempre es algo divertido, especialmente en este caso.
La multitud de letreros que te invitan a conocer diferentes cenotes, los cuales se encuentran a lo largo de la carretera federal en la Riviera Maya, es francamente abrumador, especialmente si no te gusta tomar decisiones, por miedo de equivocarte, ¡como nosotros!
Cenote Dos Ojos, Cenote Cristalina, Cenotes Aktun Chen, y la lista continua. Todos sonaban tentadores, y varios mostraban fotos hermosas de la gente divirtiéndose. ¿Entonces, como íbamos a solucionar nuestra dilema? Pues, la única opción que nos quedaba era simplemente escoger el siguiente lugar con el cual nos topamos, sin dudarnos, y sin voltearnos para atrás…y el siguiente resultó ser Kantun Chi.
Luego, nos encontramos en un camino de terracería con muchas curvas, el cual nos llevó primero a otro cenote más pequeño, y sin nombre; sin embargo ya que habíamos tomado la decisión, nada nos iba a cambiar de opinión. Un poco más adelante sobre el camino encontramos un lugar más cuidado donde pudimos estacionarnos, y vimos unos letreros en madera que indicaban el camino para llegar a la recepción.
Puesto que no teníamos la menor idea de lo que tenia para ofrecernos el parque ecológico, pedimos que la recepcionista nos explicara todas las opciones posibles: visitar los cuatro cenotes (1 abierto, 1 cubierto y 2 semi-abiertos) solitos y a nuestro propio ritmo, o tomar un recorrido guiado del río subterráneo y sus grutas, además de los cenotes. Quizás lo que nos ayudó a decidir era la diferencia en el precio, sin embargo era lo mejor que pudiéramos haber hecho, ya que habíamos llegado alrededor de mediodía, y el parque cerraba a las 5. Valdría la pena más si llegas desde temprano (lo que hubiera sido una buena idea también) y puedes aprovechar el lugar completo al máximo. En ambos casos, es obligatorio el uso de chaleco salvavidas, el cual te lo entregarán en la mera entrada.
Es relativamente fácil de descifrar el mapa ilustrada y enorme en la entrada, y lo más lógico que hacer primero era irnos al cenote más cercano, “Kantun Chi”. Este cenote era semi-abierto, es decir que el agua se encontraba dentro de una caverna, con una apertura amplia en las rocas a un lado, para acceso fácil. El agua estuvo fría, por lo tanto los gritos eran muy fuertes al tirarnos al agua, sin embargo era la manera perfecta de huir de la humedad pegajosa de la selva. Además, había un solitario kayak amarillo en el agua, del cual nos apoderamos en seguida – una vez que habíamos localizado el remo, que también andaba flotando en la caverna. Nos divertimos muchísimo, y nos quedamos con la duda de cómo podría el siguiente cenote competir con tanta belleza como la de ese, hasta que fuimos en busca del cenote número dos, “Sas Ka Leen Ha” (lo cual significa ‘agua transparente’).
Nos quedamos poco tiempo en el segundo cenote, no por falta de su belleza, ¡sino porque nos dio frio! Siendo otro cenote semi-abierto, tenía agua aún más fría que el primero. ¡¡¡Que podemos decir…tal vez tengamos la sangre demasiado caliente!!! De hecho, “Sas Ka Leen Ha” es el cenote más grande de los cuatro, y el agua definitivamente es transparente, lo cual nos permitió tomar buenas fotos debajo del agua, mientras hacíamos muecas.
Nuestro favorito era “Uch Ben Ha”, o cenote número tres, el cual nos enamoró a primera vista, entre los árboles. El cenote es totalmente abierto y tiene dos islas de hamacas en medio, además de estar naturalmente adornado con nenúfares; es el lugar perfecto para hacer snorkel, kayak, y una sesión de relajación total. Había incluso plataformas de piedra con camastros a un costado, ofreciendo una terraza para asolearse. Es una idea maravillosa, ya que al llegar allí se te antoja descansar un ratito, después de haber andado nadando en los primeros dos cenotes. Fácilmente nos podríamos haber quedado allí por el resto del día, sin embargo hicimos un súper esfuerzo para ir a conocer el último, antes de que se cerrara el parque.
Por último, y como un contraste total, había “Zacil Ha”, un cenote dentro de una cueva, con luz artificial sino tenue para poder ver adónde vas. Nos sorprendió encontrar que el agua era súper bajita en algunas partes, y que el fondo estaba cubierto de arena suave debajo del agua. Era en esa cueva que decidimos construir una pirámide humana dentro del agua, por alguna razón inexplicable; era muy divertido al principio, ¡hasta que los de arriba se cayeron, aplastando a los que formaban la base!
Por fin, nos lograron sacarnos del parque, poquito tiempo después de la hora de salida, y nos fuimos muy cansados pero completamente refrescados; aún más que cuando te regresas de la playa. La temperatura del agua y la sombra que puedes encontrar en los cenotes era justo lo que necesitábamos para refrescarnos, y recomendamos hacer lo mismo, especialmente durante los meses de verano, cuando el calor está a más no poder.
Nuestra sugerencia: si tienes zapatos para el agua o algo similar, llévatelos. Hay caminos de piedra para bajarte a los cenotes, y vas a estar entrando y saliendo del agua a cada rato.
Para más informes acerca del Parque Ecológico Kantun Chi, consulta a tu concierge.